-Yo se que podemos.
Ella se aferró a él con fuerza.
-No te sueltes de mi mano.
Él solo quería llevarla a su universo particular, mostrarle como había construido todo un mundo propio a raíz de que ella había entrado en su vida. Se encontraba en un estado total de ingravidez cada vez que la tenía cerca, y en el estómago se le dibujaba un vacío cada vez que su imagen aparecía en su mente. Ahora compartían un mismo universo, un mismo futuro. Y no importaba nada de lo que ocurriera fuera de aquella burbuja. Nada en absoluto. ¿Para que seguir a los demás pudiendo ir contracorriente?.
Ella le tachaba de loco. Le decía que era un infantil, un cursi. Y que no le creía ni media palabra.
Pero él sabía que ella sentía lo mismo, que le creía. Pero ella era mas dura a la hora de mostrar las emociones.
-Tachame de loco si quieres, de cursi o de infantil, pero yo se que te encantaria entrar en ese mundo, en mi mundo. Un mundo creado por mi, para nosotros. Un mundo que yo cree solo para tí...porque yo se que podemos...
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