jueves, 21 de enero de 2010

Por eso...

Se despertó muy temprano con tal de disfrutar más rato de ella, y se dedico a mirarla. Sí, ahí seguía, durmiendo como un ángel recién caído del cielo, ajena a todo y a todos. Parecía que ni el mayor de los problemas del mundo pudiera interrumpir su sueño. Podía pasarse horas mirándola, disminuyo su respiración para no despertarla. Era tan hermosa…Desde hacía unos días en su cara se había dibujado esa sonrisa bobalicona que por más esfuerzos que hiciera no conseguía quitar, pero es que era pensar en ella y aparecérsele en el rostro. Se sentía pequeño, pero fuerte a su lado. Pleno, por primera vez en su vida estaba completo. Después de conocerla no se podía imaginar un futuro que no estuviera alrededor de ella. No entendía como podía haber estado sobreviviendo tanto tiempo sin ella, ni la manera en la que de repente apareció. Todas sus vidas transcurrieron en la misma pequeña ciudad y sin encontrarse, o lo peor, que la hubiese tenido al lado y no se hubiese dado cuenta. Aunque eso era prácticamente imposible. Es de esas personas que llaman la atención aunque no lo quieran, que solo con estar en un sitio lo iluminan con su gracia natural. Definitivamente no, eso no era posible, él se habría fijado en esa personita de ojos grandes y mirada penetrante.Tanto tiempo perdido… tanto tiempo sin ella…Recordó como la conoció en una noche fría de diciembre en la que sus amigos casi le tuvieron que obligar a salir de su casa, precisamente le convencieron diciendo que los días que menos ganas de salir, son los que mejor te lo pasas. Y así fue. Eran dos almas solitarias que se unieron en una sola y fuerte. "Hizo pequeños sus males y los alejó de él", por eso junto a ella no sentía "ni hambre ni frío ni miedo ni sueño" y ojala que ella tampoco sintiera ni hambre ni frío ni miedo ni sueño a su lado.



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